viernes, 29 de febrero de 2008

Lo Sublime para Edmund Burke.

INTRODUCCIÓN.

El presente trabajo tiene como propósito mostrar el pensamiento de Burke acerca de lo sublime, en su libro, “Indagación filosófica sobre el origen de nuestras ideas acerca de lo sublime y de lo bello”.
Mostrar cómo en su investigación pretende encontrar principios universales que explican el gusto y lo sublime, lo que logra relacionando las potencias naturales del hombre, que son los sentidos, la imaginación y el juicio.
Hay que tomar en cuenta, sus distinciones acerca del dolor, el placer y el estado de indiferencia, la inclusión de una nueva idea acerca del deleite. Estas distinciones son necesarias para comprender las causas de lo sublime.
Lo importante es que el tono de la indagación se relaciona principalmente con las pasiones de la autoconservación, relacionadas con el peligro, nos daremos cuenta como lo sublime se relaciona con el Asombro y el Terror, como estos estados en el sujeto le nublan la mente, y la racionalidad queda perpleja frente a lo que la deja estupefacta e inactiva.
En este ensayo nos centraremos en como afecta de manera radical y potente en la pasión humana lo sublime. Y como este se encuentra más cerca del dolor que del placer, ya que este se imprime fuertemente, y es lo que nos hace padecer el temor.
El ser humano huye de lo que le provoca temor, por eso al encontrarse con un objeto sublime, no puede enfrentarle, no puede hacerle frente, porque en ese instante no puede pensar.
Se analizaran una a una las causas de lo sublime, partiendo del asombro, pasando por el terror, la oscuridad y el poder, y se irán viendo los grados de intensidad, en que afectan y producen lo sublime. Para estos efectos se tomaran en cuenta ejemplos del autor y ejemplos de mi vida personal en donde, se demuestran sus ideas, para lograr darle al ensayo un toque más personal aún. No se trata de mostrar nada nuevo, pero si hacer notar la enorme relación de sus ideas con lo que realmente pasa frente a las situaciones, que en el texto se comentan.

PREVIO A LO SUBLIME.

El tema de la “Indagación filosófica sobre el origen de nuestras ideas acerca de lo sublime y de lo bello”. Se preocupa del tema de lo Sublime, explicando en primera instancia los mecanismos fisiológicos, que son comunes a todos los hombres, las influencias de su pensamiento se encuentran en Pseudolongino, Locke, Hume y Descartes.
Pseudolongino aparece cuando habla de que, lo sublime se relaciona con lo grande, con la grandeza. Retoma la asimilación de filosofía y anatomía hecha por cartesianos y mecanicista, además de darle mucha importancia a la sensación al igual que Locke esta es el origen del conocimiento y el marco de lo cognoscible.
El sujeto cuenta por un lado con las capacidades naturales fisiológicas y por otro con un poder creativo llamado imaginación, es decir cuenta con los sentidos y la representación de los sentidos.
Las influencias se aprecian en el lenguaje y en la forma de abordar los temas, pues lo sublime impresiona al sujeto, con mucha fuerza e intensidad, el objeto que provoca esto en el individuo posee cualidades o propiedades que lo hacen sublime, placentero o doloroso.
Aunque antes de entrar en lo sublime mismo debemos hablar de un estudio preliminar donde se refiere a la lógica del Gusto. A grandes rasgos para Burke el gusto es una cualidad común a todo el género humano, aunque no igual en todos. Con esto quiere señalar que todos compartimos la idea de lo dulce o de lo salado, que cada quién sabe distinguir los sabores ácidos o amargos, esta distinción se da en todos los individuos, gracias a que poseemos los mismos órganos de los sentidos, si alguien tiende a elegir los sabores desagradables eso depende solamente del acostumbramiento del individuo, a los sabores que la mayoría trata de evitar.
En su origen el gusto es igual a todo ser humano, solo hay diferencias de grados en cuanto a lo que padece nuestra contemplación. Así nos dice: “no entiendo por la palabra Gusto más que aquella facultad o aquellas facultades de la mente que se ven influenciadas por, o que forman un juicio acerca de, las obras de la imaginación y las artes elegantes.”(1)
Se refiere aquí a que esta facultad la usamos para muchas cosas, entre ellas la que se refiere al juicio que hacemos en torno a las artes, además de elegir diversas cosas en distintos ámbitos. Lo que marca la diferencia son las distintas sensibilidades, que muestran distintos aspectos de un mismo hecho, por ejemplo, no todos los individuos frente a una pintura reaccionan de la misma manera, unos pueden estar más familiarizados con ella, que otros que nunca han visto una, o a quienes el arte mismo es incomprensible, aquí están en juego las distintas sensibilidades de los individuos. La naturaleza humana que subyace es la misma para todos, hay diferencia de tipo y grado en el gusto.
Pero el gusto no está solo, ya que es acompañado por la imaginación, a esta pertenecen el ingenio, la fantasía y la imaginación, pero nos advierte Burke “tal poder de la imaginación es incapaz de producir nada absolutamente nuevo; solo puede variar la disposición de aquellas ideas que ha recibido de los sentidos.”(2).
El gusto pertenece a la imaginación, ya que en ella están todas las pasiones, tanto de dolor como de placer, y esta es la misma para todos los hombres porque es parte de la naturaleza humana. Es un poco compleja toda esta explicación, ya que su análisis del gusto es poco común.

(1) Edmund Burke, “Indagación filosófica sobre el origen de nuestras ideas acerca de lo sublime y de lo bello”, pág 8.
(2) Ibíd., pág. 12.




En conclusión “lo que llamamos gusto en su aceptación más general, no es una idea simple, sino en parte hecha de una percepción de los placeres primarios de los sentidos, de los placeres secundarios de la imaginación, y de las conclusiones de la facultad de razonar, acerca de las diversas relaciones de éstas, y acerca de las pasiones humanas, costumbres y acciones”. (3)
Finalmente podemos decir, que la idea del gusto es compleja, pues depende de factores objetivos tales como los sentidos, y la imaginación, que son los mismos en cualquier individuo. Pero que también posee factores subjetivos, tales como la sensibilidad y el juicio, que propicia la diferencia aparente de gustos. Lo que varía son las distintas sensibilidades y el juicio que se emite frente a las cosas.
Para llegar a mostrar que es lo sublime para Burke, debemos seguir avanzando, hay que acercarse a los conceptos de dolor y placer.
Primero para que algo nos provoque algún cambio en nuestra mente necesitamos que sea realmente novedoso y despierte nuestra curiosidad, por lo tanto todo lo que sea nuevo despertará en nosotros una pasión, pero si lo novedoso se repite día a día, esto deja de serlo y por lo tanto, no produce el mismo efecto que antes.
A su vez lo novedoso tiene que estar teñido o de dolor o de placer. El placer y dolor son ideas simples y de origen positivo, pero lo principal es su no dependencia el uno del otro.
En primera instancia no se puede llamar placer o dolor al estado natural que poseemos diariamente, estamos hablando del Estado de indiferencia, se refiere a la tranquilidad o relajación cotidiana, hasta que nos enfrentamos o experimentamos alguna pasión de dolor o placer.
(3) Ibíd., pág. 16.

Lo que trata de explicar aquí, es que no estamos todo el día en un estado de placer o de dolor, permanecemos la mayoría del tiempo, en tranquilidad, en el llamado estado de indiferencia. Y que hay muchos dolores que no tienen nada que ver con el placer y muchos placeres que no tienen nada que ver con el dolor.
“nos aventuramos a afirmar que el dolor y el placer no sólo dependen necesariamente en cuanto a su existencia de su mutua disminución o remoción, sino que, en realidad, la disminución o cese del placer no actúa como verdadero dolor; y que la remoción o disminución del dolor, en lo concerniente a su efecto, se parece muy poco al verdadero placer.”(4). Por ejemplo, cuando huimos de algún peligro, o cuando evitamos un hecho desagradable, la sensación que nos queda, ¿A eso se le puede llamar verdadero placer? Burke cree que no, pues queda una sensación de alivio y tranquilidad, es una tranquilidad teñida de horror.
Hay que incluir un nuevo concepto para explicar estos estados: El Deleite, es un placer relativo y negativo, sensación que acompaña la remoción de dolor o peligro. Eso si primero hay que tener claras tres cosas:
1. Hay placer y dolores de naturaleza positiva.
2. El sentimiento derivado de la disminución del dolor no se parece al placer verdadero. No son de la misma naturaleza.
3. La remoción o calificación del placer no se parece en nada al verdadero dolor.
Por lo tanto se incluye el deleite para explicar este placer negativo porque aparece a causa del cese o la ausencia repentina de dolor o de alguna sensación de peligro. y se referirá al placer positivo como puro placer.

(4) Ibíd., pág. 25.

Ya hablamos de que pasaba si cesaba el dolor, pero que pasa si cesa el placer. Pasan tres situaciones diferentes, efecto de indiferencia, decepción y pesar. El primero es cuando laguna situación cesa después de algún tiempo, la segunda, es cuando abruptamente se corta una situación y nos queda esa sensación incómoda. La tercera es cuando se pierde el objeto que provocaba el placer, es la más violenta, cercano al dolor.
“En el pesar el placer es todavía más elevado; y la aflicción que padecemos no tiene nada que ver con el placer absoluto, que siempre es odioso y que procuramos eliminar lo antes posible.”(5) ¿El pesar será más elevado porque se acerca a la sombra, al dolor, y por lo tanto a lo sublime? La respuesta a esta pregunta tendrá que darse más adelante.
Una vez que ya se ha explicado como funciona el Placer y el Dolor y como afectan la mente humana, hay que ver en que circunstancias estas ideas impresionan de manera radical al hombre. Tenemos en primera instancia que analizarlas pasiones que pertenecen a la autoconservación, se relacionan principalmente con el dolor o el peligro, ya que predominan y nublan la mente con real intensidad, y provocan terror si amenazan la propia vida del individuo.
En segundo lugar y con menos intensidad las pasiones que se dan en la sociedad que se relacionan con la vida y la salud, aunque estas protegen y se preocupan del bienestar del individuo, no producen los mismos efectos y sensaciones que las pasiones de la autoconservación.



(5) Ibíd., pág. 28.

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